En el idioma de los indios Tupinikim, originarios de la región, Imbassaí significa el curso del agua, y es de hecho, el río que corre paralelo al mar del nordeste brasileño. En este fenómeno natural, el río recorre las dunas hasta desembocar en el océano, produciéndose así un inusual encuentro entre aguas dulces y saladas. Ubicado en el estado de Bahía, Imbassaí cobró fama a partir de la inauguración de la Línea Verde que atraviesa todo el municipio de Mata de Sao Joao, y hoy es uno de los destinos más visitados de la costa brasileña, junto con otros que van desde Praia do Forte hasta Costa do Sauipe. Los motivos por los que este pequeño destino se convirtió en sitio favorito de varios, son muchos. Se trata de una villa ecológica, de unas pocas calles sin asfaltar sobre las que se distribuye un puñado de posadas. En este tranquilo y auténtico pueblo, se llega caminando a todos lados, sea a un restaurante para saborear los clásicos camarones a la milanesa o un bar para tomarse una tradicional caipirinha. Entre cocoteros y anacardos serpentean las calles de tierra roja que llevan hasta la playa. Los ríos y las dunas que rodean la zona, hacen de barrera natural a las playas, dejando fuera a los automóviles, y ayudando a conservar el encanto auténtico del lugar. Aquí, el sonido del mar se convierte en un arrullo de paz y la tranquilidad impera. Sobre la franja de arena que hay entre el río y el mar, se extienden una serie de chiringuitos en donde es posible (y casi obligatorio) disfrutar de algún plato de mariscos o un jugo de frutas. Gracias a su condición de reserva natural, Imbassaí es un escenario ideal para el turismo ecológico y de aventura. Las cascadas y las corrientes que se forman con el río, son propicias para practicar rafting o kayak, y las dunas, perfectas para hacer sandbording. La lista de deportes acuáticos se extiende a pescar, hacer surf o bucear. Para los que prefieren la contemplación, el avistaje de aves y de ballenas Jubarte (esto último de julio a octubre), es una experiencia maravillosa. Por último, un paseo a caballo por las dunas o una simple caminata por la playa, terminarán de ponerlo en contacto con la mágica naturaleza del lugar. A pocos kilómetros de allí el abanico de posibilidades se abre aún un poco más. A sólo 10 minutos, el balneario de Praia do Forte es mundialmente conocido por sus boutiques, restaurantes y ferias de artesanías. Allí mismo, Proyecto TAMAR es una reserva para salvar tortugas en extinción, que vale la pena visitar. Un poquito más lejos, se puede visitar San Salvador de Bahía, capital de ese mismo estado, y una de las ciudades más maravillosas de Brasil. Lejos de ser un destino de turismo de masa, Imbassaí mejora año a año su infraestructura hotelera y los servicios que brinda. Tranquilidad, naturaleza, aventura y hermosos paisajes, son algunas de las palabras que describen este destino en donde el espíritu brasilero y bahiano se respira a cada paso.